domingo, 30 de noviembre de 2014

Balas sobre Broadway (1994)

CURSO 2014-2015. SESIÓN 12

Titulo original: Bullets over Broadway.
Fecha de emisión: 12 de diciembre de 2014, a las 18:00 horas.
Lugar: Salón de actos del I.E.S. Cándido Marante Expósito.
Entrada gratuita. Proyección exclusiva a los miembros de la comunidad educativa del I.E.S. Cándido Marante Expósito.
Largometraje expuesto en VO con subtítulos en español.
Presentación a cargo de Roberto A. Cabrera.



SINOPSIS

Años 20. Mafia. David Shayne es un autor teatral fracasado que, por fin, ha conseguido financiación para una de sus obras. Pero tiene que aceptar una condición: darle un papel secundario a Olive, la incompetente novia del productor, el gángster Nick Valenti. Olive acude a los ensayos acompañada de su guardaespaldas Cheek, que, lejos de limitarse a vigilarla, se permite sugerir cambios para mejorar la obra. A fuerza de ceder a los consejos de Cheek, David empieza a dudar hasta tal punto de su talento dramático que acaba encargándole a Cheek que reescriba la obra.

TRÁILER



CRÍTICA

Woody Allen es un cineasta amante de lo contemporáneo. Utilizando los términos de Nicholas Ray, el director de Manhattan siempre o casi siempre ha utilizado su cámara como microscopio que amplia problemas contemporáneos. A bote pronto tan solo recuerdo una película que transcurra en época pretérita, La última noche de Boris Grushenko (Love and death, 1975) y en un vistazo general a su filmografía se advierte que Allen se ha planteado conflictos que son fruto de la modernidad además de estar barnizados, a veces con una capa, a veces con el frasco entero, de autobiografía. A propósito de Balas sobre Broadway, dice el cineasta: "Me identifico mucho con este personaje [David], de haber sido más joven yo mismo hubiera interpretado el papel de John Cusak, que es un actor maravilloso. El personaje trata de luchar contra las interferencias en su trabajo, como nos para a los que hacemos cine (…) haz esto más comercial, más accesible". No cabe albergar dudas pues, sobre el tema de Balas sobre Broadway.

En términos genéricos Balas sobre Broadway es una comedia (con matices, por supuesto), y cuando se habla de comedia en Allen debo aclarar que es una de sus buenas comedias, una de aquellas que no cae en la sucesión de gags y que sí contiene un discurso narrativo coherente. Así, como en casi todas sus buenas comedias y a propósito de lo que hablo minimamente en el artículo sobre Edipo reprimido (y perdón por la auto-cita) hay en esta película un sustrato que enriquece una trama claramente limitada por su condición de film de género, que no por ser mas evidente es menos bueno, y que el propio Allen ha condensado en la cita de unos párrafos mas arriba y no es casualmente, un problema exclusivo de la época contemporánea. Un problema que en otros campos se lleva planteando desde tiempos inmemoriales, llamen mecenas a los productores y ya tendrán medio camino trazado, y que en el caso del cine es claramente necesario debatir a fondo, mas aún desde que la crítica de siempre, quizás a excepción de Dirigido por… (y esto hay que decirlo) y un par de revistas monográficas en el caso de España, se ha convertido en un ente reaccionario, carente de interés, moribundo y repelente que despacha estrellitas como quien reparte caramelos y que para mas INRI, responde en muchos de los casos a intereses que me repugnan pues no hacen mas que prostituir el cine además de desprestigiar a los que la ejercen.

La cuestión que hay que plantearse a continuación es cómo lo hace Allen, cómo construye un film digerible y cómico en una durísima historia (Algo de lo que hablare unas líneas mas abajo) sobre un tema espinoso y abstracto como es todo lo que refiere al arte, al artista y a su obra.

La historia de Balas sobre Broadway se centra en el mundo del teatro asi que no hay que olvidar que el cine es el único que necesita de una creación colectiva ( que conste que la cita de Allen me da libertad total para extrapolar un mundo a otro sin caer en la obligatoriedad biográfica que por norma se le da a los films de Allen y que no es en absoluta cierta) para que pueda llevarse a cabo, por lo tanto el "artista - creador" en cine debe ser tan bien un listo negociante y saber sobre que puede prescindir para poder mantener lo imprescindible, así que a priori la cesión de parcelas creativas se quiera o no es impepinable. Hecha la reflexión (extremadamente parcial y corta respecto al merecimiento que requiere el tema) esta nos conduce al epicentro del film de Allen, a la dicotomía constante a la que se enfrenta David (John Cusak), ya desde la primera secuencia el tema aparece como un terremoto, David discute con el productor teatral sobre como le han destrozado la obra (un aspecto que nos llevaría al debate director-guionista, algo sobre lo que también hay mucho que decir)

Es por ello que si despojamos un film como este de su cascarón de comedia nos encontramos ante uno de los films mas duros que haya rodado Woody Allen, el hecho de que sea un gángster a primera vista ignorante pero con un talento natural que se irá revelando a lo largo de la narración quien corrija a un culto escritor de obras de teatro y que sean esas correcciones las que gustan y conectan con el público y con la critica inciden de pleno en el tema comentado anteriormente, el de la autoría.

La crudeza (insisto en que si se lee sin ese cascarón) y la insatisfacción artística está presente en los dos personajes principales. David verá como paulatinamente se desmorona su mundo una vez creía que había entrado en él, debe aceptar que no posee ese talento que creía tener y su obra se ha convertido en un simple vehículo de expresión para otro, su escrito no es mas que una lanzadera para el gángster además de corroborar que no es tan bueno como el creía ser.

Por su parte, Cheech se nos revela como el verdadero artista. No sólo porque si posee ese talento sino porque se convierte, aunque no sea consciente, en lo que ha sido el paradigma de artista, amoral, anteponiendo su obra, su creación por encima de todo, incluso por encima de la vida humana. Una vez más, el hecho de que la amoralidad se nos presente en clave cómica ( mediante un enorme juego espacial donde la zona oscura de lo que parece ser un puerto es donde Cheech comete los asesinatos, similiar sino igual a la concepción del río que hay en la reciente Mystic River de Eastwood) no debe hacernos desviar el poso de reflexión sobre algo profundo que siempre hay en las películas de Woody Allen.

La insatisfacción está también en el resto de personajes, la vieja gloria interpretada por Dianne West, heredera en parte de la genial Gloria Swanson del Crepúsculo de los dioses, o la novia del capo encarnada por Jennifer Tilly no son mas que diferentes concepciones que se tienen respecto al arte, ambas complementarias pues una es una adicta de la fama que necesita su dosis mientras la otra desea esa fama y que curiosamente es quien muere junto con el verdadero artista. No es que el film de Allen sea moralizante en absoluto, pero tanto aquel que cree que el arte es superior a la vida humana y aquel que lo ve como simple objeto para el lucimiento y el enriquecimiento personal acaban muriendo, que cada uno extraiga lo que crea conveniente.

En definitiva y una vez más, Woody Allen dirige con su pulso de antaño una buena comedia, donde la fotografía es excelente ya no solo por la atmosfera de los 20 sino por su buen uso dramático (no es casualidad que Allen trabaje siempre con los mejores operadores habidos y por haber) y donde los actores llevan magistralmente el peso de la narración.


Parece confirmarse de todos modos, que en el caso de Allen, cualquier tiempo pasado fue mejor.

Carlos Rosal (miradas.net)

domingo, 2 de noviembre de 2014

En un Mundo Mejor (2010)

CURSO 2014-2015. SESIÓN 11

Título original: Hæven.
Fecha de emisión: 14 de noviembre de 2014, a las 18:00 horas.
Lugar: Salón de actos del I.E.S. Cándido Marante Expósito.
Entrada gratuita. Proyección exclusiva a los miembros de la comunidad educativa del I.E.S. Cándido Marante Expósito. 
Largometraje expuesto en VO con subtítulos en español.
Presentación a cargo de Roberto A. Cabrera.




SINOPSIS

Anton es un médico que divide su tiempo entre una idílica ciudad danesa y un campo de refugiados en África, donde ejerce su profesión. Anton y su esposa, padres de dos hijos, están separados y se plantean el divorcio. Elias, el mayor de sus hijos, entabla una estrecha amistad con Christian, un chico que acaba abandonar Londres para establecerse con su padre en Dinamarca. Sin embargo, Christian involucra a Elias en una peligrosa revancha que, además de poner a prueba su amistad, puede tener inesperadas consecuencias.

TRÁILER




CRÍTICA 1

Cada película de Susanne Bier es como una bomba de emociones y una llamada a las conciencias, tanto por los duros temas que aborda como por la facilidad para penetrar en el interior de los personajes y llegar al espectador. Sus historias son dramas intensos con situaciones límite que miran a la muerte como elemento dinamizador, y que dan cobijo a personajes en conflicto consigo mismos y con el entorno. De nuevo, “En un mundo mejor” nos presenta a una familia rota por el cáncer y a otra por el divorcio… y que claman por una segunda oportunidad; a un chico enrabietado con la vida y dispuesto a vengarse de la injusticia, y a otro más inclinado a encajar los golpes que le llegan; y también a un padre dispuesto a ser valiente pero “no como un idiota” que se refugia en la fuerza, y a una sociedad que debe aprender a perdonar para creer en un mundo mejor.



Anton es un médico comprometido con un campamento africano de refugiados y también un esposo que necesita el perdón de su mujer Marianne. Uno de sus hijos se llama Elias y sufre el acoso escolar sin rechistar… siguiendo el ejemplo paterno de no responder con más violencia. En su soledad, Elias se hace pronto amigo del recién llegado Christian, que hace poco ha perdido a su madre por cáncer y que no es capaz de perdonar a un padre que le aseguró que no se iba a morir… ni al agresor que incordia a su amigo o al padre de éste. Christian ha optado por dar primero y más fuerte para que el otro no pueda responder, y por eso busca la complicidad de Elias para acabar de una vez por todas con la injusticia de quienes abusan de la fuerza… con sus mismas armas.



Susanne Bier sabe mover la cámara para crear un entorno que se convierte en torbellino emocional, y también fijarla en los rostros con primeros o primerísimos planos para capturar todo el sentimiento y dramatismo de unas almas llenas de dolor y necesitadas de paz. Sus personajes se ven envueltos en peleas de niños o en conflictos de mayores, y tratan de salir airosos con una palabra y una mirada de compasión o con un puñetazo de ira y venganza. A veces necesitan un poco de soledad y se retiran del bullicio… para sumergirse en las aguas refrescantes del mar, o para contemplar un atardecer o subirse a lo alto de una azotea desde la que divisar la ciudad. Les falta oxígeno para vivir, pero sobre todo necesitan alguien en quien confiar y abrir su alma. Son dramas íntimos que les hacen llorar, gritar, golpear… y heridas que sólo el amor y el perdón pueden curar. La directora danesa consigue esas inquietudes con una fotografía que carga las atmósferas, y con una banda sonora emotiva que emplea con eficacia el sonido y el silencio.



El hondo y conmovedor retrato de los personajes y de sus problemas viene secundado por una estupenda labor de casting y dirección de actores, y por unas interpretaciones de lujo. Mikael Persbrandt da vida a un padre ejemplar a pesar de sus debilidades pasadas, capaz de dar muestras de integridad como médico –magnífica es la escena en el campamento africano en que hace frente al monstruo y también a los refugiados– y como persona enfrentada a difíciles dilemas –en el taller de automóviles da una lección de valentía inteligente–. No menos fuerza tiene su mujer en la ficción, Trine Dyrholm, con una mirada profunda que refleja sufrimiento y ternura; o la pareja de Markus Rygaard y William Jøhnk Nielsen que muestra todas las carencias afectivas y el universo de soledad en el que pueden verse sumidos los niños.




Como en “Después de la boda”, “Cosas que perdimos en el fuego” o “Brothers (Hermanos)”, Susanne Bier vuelve a emocionarnos y hacernos reflexionar sobre el afecto y la soledad, el dolor y la muerte, la venganza y la violencia. Lo hace con una trabajo áspero y desgarrador que rebosa intensidad dramática y que está abierto a la esperanza, con historias muy humanas llenas de fuerza y donde los personajes pueden optar por comportarse como gallinas, como terroristas o como personas que saben perdonar.


Julio R. Chico (miradadeulises.com)


CRÍTICA 2

En una nación africana devastada por la guerra, el médico cirujano sueco Anton enfrenta un flujo constante de pérdidas y tragedias. En esos dos mundos distintos, él y su familia quedan atrapados en un conflicto que los lleva a escoger entre la venganza y el perdón. 
De vuelta en Dinamarca, su esposa, de quien se está divorciando, le comenta su preocupación sobre los maltratos que su hijo Elías está sufriendo por parte de un compañero de clase. Todo cambia cuando sale a defenderlo Christian, un alumno nuevo recién llegado de Londres. Christian tiene dificultad en aceptar la muerte de su madre y, como consecuencia, atraviesa una fase agresiva que su padre Claus no logra controlar. La amistad entre Elías y Christian va a desencadenar la tragedia y, a la vez, la unión entre las dos familias.
   

Ganadora del Premio Oscar 2011 a la Mejor Película Extranjera, En un Mundo Mejor "trata sobre las limitaciones que encontramos al intentar controlar nuestra sociedad como controlamos nuestras vidas privadas. El filme plantea la pregunta de si nuestra cultura 'más avanzada' sirve de modelo para un mundo mejor o si la misma confusión encontrada en medio de la ilegalidad está oculta en nuestra civilización." (Susanne Bier, agosto de 2010)
El filme se estructura en torno a dos historias paralelas. Una de ellas transcurre en un campo de refugiados africanos en los que un perverso asesino, el Machão, corta a cuchillo el vientre de mujeres grávidas. A partir de allí queda planteada una situación violenta marcada por un desvío del flujo natural de la vida. De allí que las imágenes que sirven de fondo a los créditos de apertura, hagan referencia a la muerte, simbolizada en una tierra árida en la que yacen los restos óseos de animales muertos recientemente. 

Aunque las dos historias transcurren en lugares diversos y sus actores son diferentes, existen algunos elementos unificadores que hacen las veces de puente: el primero y más evidente es Anton, este médico cirujano defensor de la no violencia. El cuchillo y la navaja, las armas con las que se perpetúan los crímenes en sendas historias, funcionan como el segundo elemento de nexo. El mismo conflicto existe tanto en la civilización occidental y cristiana como en los pueblos africanos, la misma violencia, la misma sed de venganza que lleva a más violencia y a más muerte, incluso de inocentes. El fallecimiento de la madre de Christian por causas naturales y el divorcio en curso de Anton y Marianne también son conflictos no resueltos, allí están amenazantes al igual que las nubes negras en el cielo, la tempestad y el viento azotando a los dos camaradas, Christian y Elías, en el inhóspito y frío invierno de Dinamarca. 



Hay un mensaje cristiano de amor y perdón en el filme, pero también de castigo cuando éste se impone.  El amor, el perdón y el castigo por los crímenes cometidos son las únicas formas de romper este círculo vicioso de violencia, este ojo por ojo infinito. El mensaje cristiano se pone en evidencia a través de los nombres bíblicos que portan los protagonistas. Por ejemplo, Marianne, la madre de Elías, es un nombre compuesto por María y Ana, figuras cristianas arquetípocas del amor materno y de la devoción a la Virgen. Otro ejemplo: según los textos bíblicos, Elías fue el profeta que anunció la llegada del Mesías. El personaje Elías de Susanne Bier está siendo humillado y golpeado en el preciso momento en que Christian llega para salvarlo. Elías es un ser que sufre maltratos en la escuela y abandono en su hogar, es un mártir en cierta forma. Pero tanto Elías como Christian toman juntos un camino equivocado, y allí es donde se desencadena el verdadero conflicto.  En su caso este conflicto va a resolverse con la intervención de la autoridad académica, estatal y paterna, y finalmente a través del amor, la comprensión y el perdón. 


El desenlace del conflicto iniciado por el Machão en África es diferente. La diferencia consiste principalmente en que aquí no hay arrepentimiento por el crimen cometido. Eso es lo que Anton finalmente comprende cuando lo expulsa del campamento, negándole así su protección: mientras no haya arrepentimiento no puede haber perdón. Entonces sólo después del linchamiento por parte de las familias de las víctimas, las fuerzas naturales retornan a su cauce. Las arañas tejiendo sus telas y los búfalos corriendo libres por las estepas así lo atestiguan. Un mundo mejor no es Europa o África, es el mundo donde triunfa el amor y el perdón, donde después de la sequía, renace la vida.


Adriana Schmorak Leijnse (cinecritic.biz)