viernes, 21 de febrero de 2020

Bar Bahar (2016)

CURSO 2019-2020. SESIÓN 5

Título original: Bar Bahar.
Fecha de emisión: 20 de marzo, a las 17:00 horas.
Lugar: Salón de actos del I.E.S. Cándido Marante Expósito.
Entrada gratuita. Proyección exclusiva para los miembros del I.E.S. Cándido Marante Expósito. Largometraje expuesto en VO con subtítulos en español.
Presentación a cargo de Roberto A. Cabrera.



SINOPSIS

Salma, Laila y Nur, tres mujeres palestinas que viven en un apartamento de Tel Aviv, intentan encontrar un equilibrio entre la tradición y la cultura moderna. Palestinas con pasaporte israelí, las tres han optado por vivir una vida de libertad en Tel Aviv, lejos de sus lugares de origen. Las tres buscan el amor, pero pronto se darán cuenta de que una relación escogida por ellas no es algo fácilmente alcanzable. (FILMAFFINITY)

TRÁILER



CRÍTICA 1: Feminismo en Oriente.


Bar Bahar. Entre dos mundos, opera prima de la directora y guionista Maysaloun Hamoud, es una película israelí que profundiza sobre el feminismo en Oriente, la mujer árabe y la búsqueda del amor sin renunciar a la libertad. Una cuestión peliaguda en una sociedad en la que dar un paso adelante supone dar dos hacia atrás. Las protagonistas son Salma, Laila y Nur, tres palestinas que comparten piso en Tel Aviv (Israel) y que no terminan de encajar en ninguna parte.

Una nueva generación de mujeres árabes

Tal vez Bar Bahar no sea la película más revolucionaria que veremos sobre la mujer en Oriente, pero su honestidad y su cercanía la hacen una propuesta a tener en cuenta. Es un «rompe-estereotipos» que visibiliza a unas mujeres árabes que no estamos acostumbrados a ver. Una generación, influida por la Primavera Árabe, que pelea por sus derechos y por cambiar lo que no les gusta.

Mujeres de hoy día, unidas con independencia de su religión (judía, musulmana, cristiana…) u orientación sexual, cuya lucha común es que las acepten tal y como son. Así nos encontramos en la película con tres perfiles bien diferentes.


  • Salma: una DJ lesbiana a quien su familia le busca pretendientes. Con ella veremos la realidad LGTB en Oriente, que sí existe, y sus dificultades.
  • Laila: una mujer profesional, abogada, de la que no conocemos sus orígenes pero sí su ímpetu por vivir a su manera.
  • Nur: una estudiante de informática, musulmana practicante que se va a casar en breve.
Bar Bahar: tradición vs. modernidad

La dualidad entre ser considerada «una buena mujer» o una «fulana» es aún mayor en la cultura árabe. En Bar Bahar seremos testigos de una vida nocturna en la que abundan las drogas, la música tecno, las relaciones entre personas del mismo sexo… Una realidad que se mantiene oculta y que la sociedad castiga, pues son las ovejas negras que se desvían del rebaño.


A estas mujeres los hombres las consideran atractivas, misteriosas, rebeldes, aventureras… mujeres con las que divertirse, pero no para comprometerse y presentarlas en familia. Este conflicto se personifica en Laila, quien por fin cree encontrar el amor sin prejuicios en un «hombre liberal». Pronto verá que no es tan fácil. Pues poco a poco este querrá cambiarla; para que no sea tan ella misma sino como «debería ser».

Un tema interesante que se muestra, sin profundizar, es el racismo implícito hacia un palestino en Israel. A Salma, que trabaja de camarera en un restaurante, no le permiten hablar en árabe porque incomoda a la clientela. En una tienda de ropa moderna, Laila y Salma también vivirán una situación de rechazo por parte de la dependienta.


De la mano de Nur, la más inocente del grupo, viviremos la mayor transformación. Gracias a su nueva vida junto a sus compañeras, descubrirá que el medio para ser libre es elegir otro camino. Y que este no pase por la sumisión.

La directora Maysaloun Hamoud ya había realizado varios cortos, pero con esta primera película ha lanzado su carrera. El film se llevó tres premios en el pasado Festival de San Sebastián (Premio Otra Mirada, Premio de la Juventud y Premio Sebastiane) y participó en la Sección Oficial del Festival de Toronto.

Si te apetece una historia diferente de mujeres, puedes encontrar Bar Bahar en Filmin o en DVD.

Silvia Gutiérrez Guerrero (quesejodaelespectadormedio.com)

CRÍTICA 2:  Un grito de libertad. 

“Estamos hartos de dictaduras, de las reglas, pero no nos hemos rendido. Debemos liberar nuestras mentes, seguir alentando el feminismo, la educación. Es hora de que empiece una nueva era”.  Con estas palabras finalizaba Maysaloun Hamoud su discurso al recoger el premio de RTVE “Otra mirada”, en el Festival de San Sebastián. Un alentador alegato que define inmejorablemente el carácter de Bar Bahar (Entre dos mundos), primera película escrita y dirigida por la joven realizadora palestina.

Maysaloun Hamoud, en el Festival de San Sebastián.

Nacida en Budapest, aunque reubicada en su pueblo familiar Dir Hana a la temprana edad de dos años, Maysaloun Hamoud estudió Historia de Oriente Medio en la Universidad de Tel Aviv, para posteriormente formarse en la Escuela de Cine de Minshar, también en la metrópoli israelí. Tal vez, esta circunstancia convierta la experiencia de la directora en un testimonio perfecto para relatar la historia de tres mujeres palestinas que luchan por desarrollar sus vidas con libertad en dicha ciudad. Y es que de eso nos habla, ni más ni menos, Bar Bahar: de la libertad.

Actualmente, dos millones de palestinos viven dentro de las fronteras de Israel. Relegados a la condición de ciudadanos de segunda clase, residen y desarrollan su vida en barrios propiamente palestinos, y el marcado sectarismo impide prácticamente la mezcla entre ambos segmentos de la sociedad. Salma, Laila y Nur, personajes protagonistas de la película, constituyen un ejemplo de este fenómeno: mujeres palestinas que han emigrado a Tel Aviv en busca de formación y oportunidades.

Las dos primeras intentan vivir libremente con magnífica naturalidad. Salma, desacomplejada e imponente, es una carismática abogada. Laila, descarada y audaz, una DJ homosexual alejada de su autoritaria e intransigente familia cristiana. Salen, beben, fuman, y se acuestan con quienes quieren cuando les place. Llevan piercings, tatuajes, y visten con escote. Y básicamente, les importa un pimiento lo que los demás piensen de ellas. Todo muy normal, ¿verdad? La realidad nos enfrenta cuando conocemos a Nur, nueva compañera de piso de las otras dos inquilinas. Musulmana y extremadamente tradicional, contempla con asombro, y tono reprobador, el modo de vida de las dos mujeres.

Laila, una de las protagonistas de la película.

La película entra entonces a contar su verdadera historia, un evidente conflicto entre modernidad y tradición, entre libertad y represión, entre sometimiento y rebeldía. Hamoud, que comenzó a escribir el guion en 2011, en pleno apogeo de la Primavera Árabe,[1] lo hace con fuerte optimismo, aunque dejando claro que todavía quedan muchas cosas por hacer. Opta por engrandecer el entendimiento entre las personas, por la confraternización entre quienes están reprimidas para vencer el maltrato y la desigualdad.  Por esta razón, la cinta supone un impulso emocionante desde el punto de vista de la esperanza por un mundo más igualitario.

Salma, Laila y Nur.

Un filme intrépido y enérgico desde sus primeros compases, con una selección musical potente y una fuerza indomable que llenará de combustible al espectador. Que no teme, como sus personajes, a ser juzgado. Porque si hay una palabra que define a Bar Bahar, es la osadía, puesto que exhibe secuencias de desgarradora crudeza, y no teme incluir momentos cómicos dentro de su doloroso contexto. Una película viva, inquieta, que desborda frescura e insurgencia, y que puede suponer un estímulo para próximos trabajos de futuras realizadoras palestinas.

Con un trasfondo sociocultural siempre patente, Bar Bahar va creciendo en su condición de película estimulante con un estilo visual atractivo y, sobre todo, con vigorosa intensidad. Maysaloun se presenta como una directora con una personalidad fuerte y arrolladora, armonizando lo desgarrador y lo emotivo, lo esperanzador y lo descorazonador. Lo logra sin discursos ni disertaciones, con una película convencida de su identidad y temperamento, pero sin pretensiones acerca de su condición de necesaria. Su estilo derrocha genio y espontaneidad, y posee la complicada virtud de entretener a la vez que revolver.

Laila, Nur y Salma, protagonistas de Bar Bahar (Entre dos mundos).

Bar Bahar es cine del aquí y el ahora, contemporáneo y agudo. Representa una lucha necesaria por derribar los prejuicios absurdos, una valiente bofetada al machismo y a la represión de la libertad y, sobre todo, un grito alto y contundente que anuncia: “somos mujeres palestinas, y vamos a vivir como nosotras decidamos”.

Álvaro Muñoz (revistacultural.ecosdeasia.com)

miércoles, 5 de febrero de 2020

Hierro 3 (2004)

CURSO 2019-2020. SESIÓN 4

Título original: Bin-jip.
Fecha de emisión: 14 de febrero, a las 17:00 horas.
Lugar: Salón de actos del I.E.S. Cándido Marante Expósito.
Entrada gratuita. Proyección exclusiva para los miembros del I.E.S. Cándido Marante Expósito. Largometraje expuesto en VO con subtítulos en español.
Presentación a cargo de Roberto A. Cabrera.



SINOPSIS

Tae-suk es un joven que ocupa temporalmente viviendas cuyos habitantes están ausentes. Nunca roba ni ocasiona daños en los hogares de sus involuntarios anfitriones. En realidad, es una especie de fantasma que duerme en camas ajenas, come algo de las neveras de esos extraños y retribuye su forzada hospitalidad haciendo la colada o arreglando alguna que otra avería doméstica. Sun-hwa, que en tiempos fue una hermosa modelo, se ha visto convertida en una sombra viviente por un marido que la maltrata, encerrándola en una casa ostentosa. El destino cruza los caminos de Tae-suk y Sun-hwa, aunque sus existencias están abocadas a no dejar huella en el mundo. Se conocen cuando Tae-suk entre en casa de Sun-hwa, y enseguida saben que son almas gemelas. Como si estuvieran unidos por vínculos invisibles, descubren que no pueden separarse y aceptan en silencio su nuevo y extraño destino. (FILMAFFINITY)

TRÁILER




CRÍTICA 1: 

Tae-suk (Jae Hee) se gana la vida repartiendo publicidad culinaria que deja colocada en las puertas de los distintos vecindarios a los que se dirige. Esta rutina le enseña que los pasquines que no son recogidos, son indicativos de la ausencia del hogar del inquilino y con ello la posibilidad de alojarse alguna jornada en su interior. Pero Tae-suk no es un allanador de moradas cualquiera, sus incursiones tienen algo de particular. En una de esas irrupciones tropieza con Sun-hwa (Lee Seung-yeon), que está viviendo su propio infierno…


Aunque el coreano Kim Ki-duk lleva haciendo películas desde el año 1996, por estos pagos hemos empezado a conocerle hace relativamente muy poco. Primero con “Primavera, verano, otoño, invierno.y primavera” (2003), después con “Samaritan Girl” (2004) con la que ganó el Oso de Plata en Berlín, y ahora se estrena en nuestras pantallas la también premiada en Valladolid y Venecia, “Hierro 3”.

Para aquellos poco duchos en la práctica deportiva, aclarar que el título no tiene connotaciones ganaderas, sino que se trata de uno de los palos de golf que todo jugador avezado debería llevar en su bolsa. Precisamente ese palo le servirá a nuestro protagonista para ejecutar algunos golpes certeros fuera del recinto de juego (y que no serán para lanzar la bola a larga distancia, que es para lo que sirve el instrumento de marras).

Kim Ki-duk en “Hierro 3” nos hace una propuesta original, tanto en el fondo como en la forma. Partiendo de un brillante guión, en el que resalta el mutismo de los amantes y un fino sentido del humor, nos presenta un relato soberbio en el que combinando la infracción legal y reconvención moral que supone la invasión de la intimidad, finaliza con una concluyente absolución del inculpado por la excepcionalidad que supone su comportamiento legítimo.

Justamente en el epílogo, Kim Ki-duk nos inserta una frase calderoniana donde las haya (“Es difícil saber si el mundo en que vivimos es sueño o realidad”), dejando sembrada la duda respecto a si realmente hemos asistido a una narración cierta, o bien es fruto de un episodio onírico de alguno de los personajes creados por su magín, como igualmente pudiera suceder en “La mujer del cuadro” (1944) de Fritz Lang, o en la más cercana, “Mulholland Drive” (2001) de David Lynch.

Alberto Alcázar (alohacriticon.com)


CRÍTICA 2:



Tae-Suk es un okupa poco convencional. se instala en casas temporalmente deshabitadas, nunca roba ni rompe nada y encuentra una manera de pagar su estancia lavando la ropa sucia que encuentra y arreglando cacharros estropeados. Un dia decide ocupar una casa en cuyo jardín hay una zona preparada para jugar al golf, y allí es descubierto por Sunhwa, una joven a la que su marido maltrata. Desde entonces, unidos por las circunstancias, los caminos de Tae-Suk y Sunhwa se convertierán en uno solo.

Pocas veces una imagen vale más que mil palabras, y aun en menos ocasiones el silencio cobra entidad propia como lo hace en esta película, en la que realidad y sueño se entrelazan de tal manera que se hace imposible para el espectador separarlos. Partiendo de una premisa original y singular, pero aún realista, el director de “La Isla” y de “Primavera, verano, otoño y… primavera” vuelve a sorprender con una fábula sobre la soledad y sobre como la soledad puede desaparecer si es compartida, una historia surrealista y mágica en la que lo de menos es lo que ocurre o no ocurre en realidad. Sin evitar caer en los brazos de lo absurdo, Kim Ki Duk pide al espectador que imagine, que le ayude a reconstruir aquellas partes del film que se ocultan al espectador o incluso aquellas que a priori carecen de sentido, y así, consigue algo que sólo es posible en el mundo del séptimo arte, una plena identificación con dos personajes marginales, asociales y silenciosos. ¿Cuando antes un protagonista, sin ser específicamente mudo, puede pasar los 95 minutos de metraje sin decir una palabra? ¿Cuando antes el prototipo de antihéroe, ajeno a las exigencias de la sociedad actual, puede resultar tan atrayente?

En resumen, con esa sensibilidad oriental que aún nos es, desgraciadamente, lejana y ajena, “Hierro 3” se convierte en la confirmación de su autor como uno de los grandes cineastas asiáticos del momento y se revela como una pequeña joya, una auténtica obra de arte.

Eva Pesquera (alohacriticon.com)


CRÍTICA 3: 'Hierro 3', amor fascinante.


Tenía bastante miedo de ver esta película, ya que de Kim Ki Duk había visto 'Primavera, Verano, Otoño, Invierno, Primavera...' y no me había gustado. Además, aquí, en la redacción de Blogdecine (...), hay mucho defensor de este film, y también entre los lectores, por lo que he podido leer en algunos de los comentarios que dejais. Asi que esta vez dejad vuestras armas, enfundad vuestros cuchillos, y dejad los insultos para otra ocasión, porque 'Hierro 3' me ha gustado, aunque no me parece esa gran película que muchos dicen que es.

El punto de arranque es ciertamente interesante. Tae-Suk es un joven que se dedica a entrar en casas o pisos, cuyos dueños están ausentes, y hacer vida normal en ellas: ducharse, comer, ver la tele, dormir, lavar la ropa. En una de eas "incursiones" conocerá a una mujer maltratada por su marido. Ambos se sentirán atraídos el uno por el otro, y ella decide sumarse a la extraña afición de él. Hasta que un día... Bueno, los que la habeis visto, ya sabeis de lo que hablo, y los que no, pues tendreis que verla.

Realmente estamos ante una de esas historias de amor universales, en el sentido clásico del término. O sea, hombre y mujer pertenecientes a distintos mundos, se enamoran. Tienen enormes dificultades para estar juntos, sea por lo que sea. En la mayoría de los casos es porque uno de los dos está casado, o prometido, o los dos lo están. Al final, pueden suceder dos cosas, o acaban juntos, o uno de los dos muere y se jodió el asunto.

Dicho de esta forma tan vulgar, puede hacer pensar que las grandes historia de amor que nos ha brindado el séptimo arte, son poca cosa. Sin embargo, su tratamiento, es lo que las hace distintas entre sí, y grandes... o pequeñas. Todas dicen "te quiero", pero unas lo dicen mejor que otras. 'Hierro 3' destaca sobre todo por su originalísima forma de tratar un tema tan manido. Y abordar con valentía una historia de amor tan fascinante como la que aquí se cuenta. Una relación basada en el silencio y que, quizá lo único que vale la pena decir es "te amo", ya que con los hechos se dice todo lo demás. Esos silencios entre los protagonistas es uno de los aciertos de la película, aunque a más de uno, con pensamientos excesivamente occidentales, eso le pueda poner nervioso.

Kim Ki Duk se muestra seguro en la realización, a pesar de que hay algún altibajo, y luego comete el pequeño error de centrarse más en el personaje masculino, mucho más interesante que el femenino. De este último queremos saber más, y eso no ocurre nunca. Puede que no sea necesario, pero creo que el film se desequilibra un poco por eso.

Los actores que hacen ambos papeles, Seung-yeon Lee y Hyun-kyoon Lee, están bastante bien, y se compenetran a la perfección, a parte de transmitir excelentemente la evolución de sus personajes. Una evolución que alcanza su máximo punto en la parte final de la película. Ahí es donde el director derrocha toda su fuerza creadora, ofreciendo momentos mágicos y únicos, de un enorme poder magnético. Pocas películas terminan como ésta, con un plano tan atrevido, significativo, y precioso.

Como punto negativo, indicaría que el film abusa del recurso metafórico. Lo hace en todo momento, y a veces sobrepasa los límites, como cierto incidente que ocurre con una pelota de golf, que a pesar de la sopresa, resulta reiterativo e incluso sobra.

No obstante, una buena película, para saborearla y disfrutarla, dejándose llevar y que, sin lugar a dudas, ganará con el tiempo, ese gran enemigo, y también amigo, del Cine.

Alberto Abuín (espinof.com)