jueves, 27 de octubre de 2016

La caza (2012)

CURSO 2016-2017. SESIÓN 2

Título original: Jagten (The Hunt).
Fecha de emisión: 4 de noviembre, a las 17:00 horas.
Lugar: Salón de actos del I.E.S Cándido Marante Expósito.
Entrada gratuita. Proyección exclusiva para los miembros de la comunidad educativa del I.E.S. Cándido Marante Expósito. Largometraje expuesto en VO con subtítulos en español. Presentación a cargo de Roberto A. Cabrera.




SINOPSIS

Tras un divorcio difícil, Lucas, un hombre de cuarenta años, ha encontrado una nueva novia, un nuevo trabajo y trata de reconstruir su relación con Marcus, su hijo adolescente. Pero algo empieza a ir mal: un detalle cualquiera, un comentario inocente y una mentira insignificante que se extiende como un virus invisible sembrando el estupor y la desconfianza en una pequeña población... 
 

TRÁILER

 



CRÍTICA 1: Algo huele a podrido en Dinamarca.

Nuestra sociedad está enferma. Ver hechos como los de la maratón de Boston, atentados en nombre de la religión o la independencia, los casos de pederastia de la iglesia católica, los numerosos casos de violencia doméstica....Acciones oscuras y sin sentido, donde la psique humana coge caminos vergonzosos y que, por momentos, llegan a hacernos perder la esperanza en nuestra misma gente, a ser negativos, desconfiados, mirara a nuestro vecino por encima del hombro; dedicarle una sonrisa para luego cuchichear en la "seguridad" de tu hogar que secretos esconderá. Quien mejor lo expresó visualmente, o uno de ellos, fue David Lynch en el prólogo de la imprescindible y enferma Terciopelo azul, con esa mirada bucólica de un barrio residencial con todas las casas pintadas, los jardines bien arreglados y un pequeño detalle violento que corroe esa, en teoría, ilustre sociedad. 


Desde un hecho pequeño igualmente, un rumor apenas ( desde un principio sabemos que el delito imputado al protagonista no es cierto; no estamos ante un thriller o una película de misterio sino ante un drama sobre la descomposición del núcleo social ) vemos como los habitantes de una pequeña localidad acusan al profesor de una guardería, Lucas ( un inmenso y contenido Madds Mikkelsen, todo rabia interior ), como ese rumor se convierte en un germen que crece enfermando a toda la comunidad y sin solución de cura, ni siquiera cuando la acusación ha sido desestimada. Los pensamientos de la gente ya han sido contaminados, el virus se extiende y no hay cura posible.

Sorprende que el mismo fin de semana que se estrena entre nosotros la bienintencionada y optimista Promised Land llegue este drama íntimo pero desolador y turbio que es La caza ( jagten, 2012 ) dirigida por Thomas Vinterberg, uno de los padres del Dogma 95 ( si bien la fama se la llevó el más mediático Lars Von Trier, el cual rápidamente dejó de lado su decálogo de trabajo ) quien vuelve a traernos un relato pesimista y triste de la sociedad actual aunque no tan directo como Celebración (1998).

Desde un principio la película no quiere jugar con la ambigüedad de saber si el protagonista es culpable o inocente, sino mostrarnos como ese pequeño rumor dicho por la joven y angelical niña pervierte las mentes de los adultos, quien creen a la niña ( pues los niños siempre dicen la verdad, como se apunta en el film ) y el infierno llegará a Lucas, un profesor apuesto y atento, divorciado pero al cual parecía que la vida se comenzaba a enderezar ( su hijo Marcus se va a ir a vivir con él, entabla una relación romántica con una compañera de trabajo ); para más inri la niña que ha soltado esa acusación es la hija de su mejor amigo.



Así vemos un relato pesimista, negativo y opresivo, donde tanto la dirección de Vinterberg ( muchas de sus secuencias están dirigidas cámara en mano, acercándose mucho a sus actores y provocando una sensación de opresión durante gran parte del metraje ) como la labor de sus actores con un ejemplar Mikkelsen (premiado en Cannes 2012 ) aunque sin obviar a grandes secundarios como son Thomas Bo Larsen ( Como Theo el mejor amigo del protagonista y padre de Klara, la niña que ha realizado la acusación ) o Susse Wold como Gretchen la directora de la guardería. Aunque hay secuencias ancladas en la navidad, donde ese espíritu festivo choca con la tristeza de lo narrado no hay lugar para el perdón, no estamos ante un film capriano ni optimista sino ante un triste, paranoico y desasosegante relato sobre la amistad, la convivencia, la venganza.


La sensación de malestar se va haciendo cada vez más presente, hasta que llega un punto en que parece que no puedas respirar. La acción poco a poco se va haciendo más opresiva, con secuencias que, no por ya vistas o esperadas, no dejan de tener fuerza. Eso sí, el director juega mejor sus cartas cuando usa la sugerencia antes que el trazo directo: escenas como la pelea con la novia, la del supermercado, la perra de Lucas o la misa de navidad tienen fuerza, sí, pero más poder y dramático tienen esa extraña conversación en la guardería cuando Lucas no imagina lo que se le viene encima o la reunión de padres, por ejemplo. Estriste a la vez que real el ver como una idea soltada por una riña se convierte en todo un mundo, como de repente todos los niños acusan a su profesor, aún peor, alentados por sus propios padres. Incluso cuando la niña dice que todo se lo inventó y que Lucas es inocente, sus propios padres dicen que no, que ella tenía razón La película entonces deviene una especie de cara B de otro film que habla sobre la enfermedad e la sociedad actual, si bien desde un prisma más de género como es Eden Lake de James Watkins ( 2008 ).

El símil de la caza, donde los hombres masculinos dedican jornadas en equipo y como celebran la llegada a la edad adulta de los jóvenes con una jornada de caza, es una metáfora quizás demasiado directa pero funcional a la par que ese final, el cual quiere jugar con una ambigüedad no muy necesaria de cara al propósito del film: no hay lugar para la redención ni el perdón, la sociedad está rota.


Aunque la labor de Vinterberg es muy acertada en gran parte de su metraje, lo más destacable es la dirección de actores. Sin obviar a algunos secundarios realmente espléndidos, el film ES Madds Mikkelsen. El ascendente actor danés realiza una interpretación conmovedora, triste, y lo mejor aún ( y para mí nada esperado ) muy sutil y contenida. Lucas poco a poco ve como todas las puertas se le cierran, como es aislado de esa pequeña comunidad sin poder ver a sus vecinos, amigos, a su propio hijo pero en ningún momento explota, su rabia queda en su interior, su tristeza, su malestar.Muchos actores podrían haber caído en la sobreactuación si bien Mikelsen, ese actor de rostro tan característico ( usado en film como Casino Royale o ahora triunfando en la TV USA con su genial Doctor Hannibal Lecter de la serie homónima de la NBC ) pero que aquí desprende una multitud de sentimientos a través de sus miradas, sus silencios. El mejor ejemplo es la escena de la misa de Navidad, donde el protagonista realmente acaba explotando por las miradas y comentarios de sus vecinos pero Mikelsen se queda en el tono justo, provocando el estallido dramático pero sin en ningún momento perder los papeles, contenido a la par que elocuente y expositivo. Su labor es contagiosa, encomiable en un grandioso trabajo de contención dramática.Su actuación es otro aliciente de un film duro, que provocará debates pero que no debemos dejar escapar.

José Raúl Pérez Vergara (noentiendoelfinal.blogspot.com)

CRÍTICA 2:  Crueldad e inocencia.

“La caza” estremece en sus primeros planos y deja sin aliento en los últimos. Una película que corta la respiración, que cuenta con una excelente dirección de actores y con un gran Mads Mikkelsen. 

El reclamo promocional de “La caza” (ver tráiler) resume a la perfección la sensación de pesadumbre y desazón que deja la cinta de Thomas Vinterberg: «Una mentira puede destruir a un inocente», y así sucede desde el momento en que Lucas es acusado de haber abusado sexualmente de varios niños de la escuela en que trabaja. De la noche a la mañana, su mundo se desmorona cuando se le impide ver a un hijo cuya custodia perdió tras el divorcio, cuando sus amigos le dan la espalda y comienzan a evitarle, cuando sufre en el pueblo un verdadero escrache que llega a una crueldad extrema. El espectador conoce en todo momento su inocencia, y también entiende los motivos que llevaron a la pequeña Klara —hija de su mejor amigo— a decir esa mentira que se propagó como la pólvora y que enturbiaría para siempre el ambiente del lugar.




La primera escena en que la niña pide ayuda a Lucas porque está perdida y tiene miedo de pisar las rayas del suelo, dice mucho del carácter frágil de uno y entrañable de otro y genera un clima de tensión que amenaza ya con tormenta. Resulta fácil ver la inocencia de esa pequeña que solo busca la seguridad y el cariño que no encuentra en casa —y que repite lo que oye—, y también el desconcierto y desesperación de ese inocente culpable al que nadie da crédito y que sufre la soledad en silencio. Más difícil es comprender a esos adultos que son reflejo de una sociedad patológicamente hipersensibilizada en la que un gesto de cariño y atención a un niño es visto con malicia, en la que se presume el principio de culpabilidad ante la mínima sospecha o calumnia esparcida a los cuatro vientos. Porque una vez lanzada la piedra, la herida ya está hecha.




A lo largo de la trama, Vinterberg hace reiterados llamamientos a la conciencia de sus personajes y alienta sus remordimientos ante la injusticia que se está cometiendo —hasta el clímax alcanzado en la iglesia en Nochebuena, con una tensión que corta la respiración y una crítica a la hipocresía puritana de la comunidad—, pero no todos responden de la misma manera porque la lucha entre la verdad y la libertad no siempre se decanta hacia el mismo lado.




En la película, hay trampa narrativa —el espectador sabe la verdad y lo observa todo desde fuera—, y también encontramos giros dramáticos encaminados a la empatía emocional con su protagonista. En ese alejamiento y aproximación a lo que se nos cuenta radica el éxito de la cinta, siempre controlada en sus emociones por el director y por un gran Mads Mikkelsen, premiado en el Festival de Cannes de 2012. Desde su conmovedora interpretación y el potente efectismo dramático de la puesta en escena, se consigue que fijemos nuestra atención más en la inocencia del adulto que en la de la niña, y más aún en la negrura del corazón de unos vecinos que en un delito que nunca existió. Frialdad fotográfica, excelente dirección de actores —sobre todo con la niña Annika Wedderkopp—, y un realismo y frescura que son herencia —lo poco que queda— del Dogma 95 del que Vinterberg fuera co-fundador.




El filme estremece desde sus primeros planos y deja sin aliento en los últimos, para hacernos ver la fragilidad de la vida y la facilidad para hundir a alguien en la nada, así como una ligereza y locura colectiva que no repara en el daño causado cuando se duda de alguien y se le ataca. Por eso, duele el linchamiento moral y físico al que someten a Lucas, pero más aún la ceguera de unos individuos que ni se conocen a ellos mismos ni conocen a sus niños. Solo nos queda esperar que, para entrar en la edad adulta, no sea necesario recibir un rifle de regalo como el hijo de Lucas, porque entonces habrá que preocuparse y prepararse para vivir entre la crueldad y la inocencia.

Calificación: 7/10.
Julio Rodríguez Chico (labutaca.net)
  

domingo, 9 de octubre de 2016

It follows (2014)

CURSO 2016-2017. SESIÓN 1

Título original: It follows.
Fecha de emisión: 14 de octubre, a las 17:00 horas.
Lugar: Salón de actos del I.E.S. Cándido Marante Expósito.
Entrada gratuita. Proyección exclusiva para los miembros del I.E.S. Cándido Marante Expósito. Largometraje expuesto en VO con subtítulos en español.
Presentación a cargo de Roberto A. Cabrera.



SINOPSIS

Jay, de 18 años, tiene su primer encuentro sexual con su novio en la parte trasera de un coche. Tras el hecho, aparentemente inocente, la situación se pone algo tensa cuando su novio hace que ella se desmaye. Al despertar, el joven le explica que lo hizo para ahuyentar a una serie de espíritus que lo acosan. A partir de ese momento, es Jay quien sufrirá las consecuencias de ese acoso, encontrándose sumergida en visiones y pesadillas; teniendo la sensación de que alguien o algo la observa.

TRÁILER



CRÍTICA 1: La cosa.

En 1989, el inglés Alan Clarke filmaba Elephant, una película que denunciaba la arbitrariedad y la negación de la violencia en Irlanda del Norte. Se trataba de una pieza casi experimental en la que cámara sigue a distintos personajes, sin que el espectador sepa si estos van a ser víctimas o perpetradores de un asesinato. Más de una década después, Gus Van Sant trasladó la propuesta estética de Clarke a los pasillos de un instituto norteamericano donde tiene lugar una masacre. En los dos casos, lo que pesa es el punto de vista. Algo similar ocurre en It Follows, de David Robert Mitchell, en la que la adolescente Jay intenta escapar de una suerte de maldición. Después de un encuentro sexual, el chico con el que Jay se ha acostado le cuenta que le ha pasado algo, y que una cosa la perseguirá con la intención de matarla. Esta cosa, ese it del título que no se sabe qué es, puede tomar la forma de una persona, de un amigo o familiar o de un desconocido. Se inicia así una carrera hacia la desconfianza que sólo terminará si Jay se acuesta con otra persona.

Como en la película de Clarke, It Follows trabaja esencialmente sobre el punto de vista. Mitchell presenta a Jay flotando en una balsa, en el patio de su casa. La joven mira las nubes, luego un bichito que tiene en el brazo. Es decir, deja claro que aquí lo que importa es qué se ve.

En un momento en que el terror se sustenta sobre el susto y sobre el efecto especial, Mitchell vuelve a la época dorada del género a partir de una puesta en escena sugerente, al estilo del mejor cine de John Carpenter. La cámara avanza por las calles de los suburbios de la devastada ciudad de Detroit. Los sintetizadores de Disasterpeace contribuyen a crear una atmósfera de desconfianza. La iluminación es tenue, como si el relato aconteciera eminentemente en el alba, cuando el día se levanta y la amenaza sigue ahí.
Más allá de la estética impecable de It Follows, destaca su discurso. Algunos han querido ver una crítica al libertinaje sexual en relación a las enfermedades de transmisión sexual. Yo no puedo más que alinearme con el crítico de The Guardian Peter Bradshaw cuando escribe que en realidad lo que propone It Follows es que la maldición “sólo puede ser exorcizada si se tiene sexo con otra persona”. En este sentido, y más allá del debate, It Follows se erige en una película tan relevante y exquisita en su forma como reflexiva y audaz en su contenido.

A favor: El terror, más atmosférico que de sustos.

En contra: Que se intente dar una lectura conservadora de su contenido.

Violeta Kovacsics (sensacine.com)


CRÍTICA 2: 'It follows', la nueva joya del cine de terror.

Hace ya un tiempo os comentaba que 'Expediente Warren: The Conjuring' me había parecido la mejor película de terror de los últimos años y tuve que esperar hasta este pasado mes de enero para que 'Babadook' me hiciera dudar sobre tal afirmación. Y es que es cierto que es un género que sigue dándonos obras interesantes, pero hace demasiado que ninguna cinta de terror consigue impactarme como debería hacerlo y lo que realmente valoro es que sean o no una buena película.

No tenía demasiadas esperanzas en que 'It Follows', la última sensación del cine de terror americano, fuera el título que pudiera cambiar esa inexistencia de títulos que realmente consiguieran mantenerme en tensión e incomodarme en mi butaca. Me alegra poder decir que me equivocaba, ya que se trata de una joya del cine de terror que todo amante del género debería ver y también es mi película favorita de lo que llevamos de 2015.

'It Follows', el terror no tiene forma


Aquellos que hayan echado un vistazo a la premisa argumental de 'It Follows' -Un extraño ser que pudiera adquirir la forma humana que quiera acecha a alguien hasta acabar con él y la única forma de darle esquinazo es acostarte con otra persona y que esta consiga sobrevivir, ya que de lo contrario volverá a por ti- después de lo que he comentado en el párrafo anterior seguramente estén pensando en que suena un tanto ridículo y que casi podría ser la base de una película porno, pero no os dejéis engañar por las apariencias, ya que no deja de ser el reflejo de un temor primario y la clave está en la forma de utilizarlo.

Reducir 'It Follows' a la suma de otras películas sería un error, pero he de confesar que durante muchos momentos no dejaba de pensar en las escenas de acecho de Michael Myers a sus futuras víctimas durante el segundo acto de 'La noche de Halloween' (Halloween). De hecho, David Robert Mitchell, su director y guionista, refuerza esa sensación presentando el pueblo en el que sucede la acción como un paraje solitario con un ambiente ligeramente enrarecido que predispone al espectador a estar esperando a que suceda algo, siendo ahí clave la utilización de la banda sonora.

Una vez presentadas las bases de la historia, Mitchell sigue incidiendo en ello a través de su predilección por los planos abiertos y las tomas largas que van creando de forma sencilla pero efectiva un clima de amenaza constante por la posibilidad de que el monstruo haga acto de presencia, algo que sabemos que va a suceder tarde o temprano. Todo ello tiene una primera consecuencia digna de elogio, y es que 'It Follows' rehuye los sustos gratuitos pensados para conseguir un sobresalto por parte de los espectadores más impresionables, pues únicamente recuerdo un momento que podría ser calificado como tal.

Todo encaja en su lugar


Una de las claves para conseguir una atmósfera consistente que convierte su tono pausado en una incuestionable virtud es que el equipo técnico con el que ha contado Mitchell realiza un trabajo magistral para dar un aire atemporal al relato, introduciendo elementos característicos de varias épocas, con una mayor predilección por los años 70 y 80, que dan más fuerza a una historia que abraza abiertamente y que desarrolla con milimétrica precisión, algo que incluso se percibe en la colorimetría de la película.

Como resultado de todo ello, la inmersión que consigue por parte del espectador llega a ser total y nos hace estar en todo momento en estado de alerta ante la posible aparición de un monstruo que, como bien nos dice la propia película, es lento pero no estúpido. Lo mejor de todo es que el guión de Mitchell tampoco tiene que hacer mucho esfuerzo para que su utilización tenga todo el sentido dentro del universo creado por 'It Follows' y la evolución argumental sea lógico, incluso cuando los protagonistas toman alguna decisión que podría calificarse como estúpida, ya que no es una mera consecuencia de sus desesperación ante el hecho de no saber qué hacer para salir adelante.

Además, Mitchell juega con varios conceptos interesantes en su guión, siendo hasta cierto punto comprensible que muchos espectadores quieran ver en 'It Follows' una recuperación del -un poco reduccionista- mensaje asociado a los slashers de que el sexo equivale a la muerte, pero hay más posibles lecturas y lo realmente importante es que su responsable sabe manejarlo e integrarlo en una historia que mezcla una constante e implacable persecución con una calma incómoda que le viene de fábula.

El fenomenal trabajo de Maika Monroe


Sin embargo, concederle todo el mérito a Mitchell y su equipo técnico sería un error, ya que 'It Follows' bajaría muchos enteros si no contase con la excelente interpretación de Maika Monroe, que ya había estado muy bien en 'The Guest', pero que aquí es la pieza que faltaba para terminar de construir una gran película de terror. Es obvio que el uso de la cámara de Mitchell es básico para potenciarlo, pero la increíble mezcla de inocencia, vulnerabilidad y al mismo tiempo ser capaz de transmitir suficiente fuerza como para valerse por sí misma.

La actuación de Monroe va mejorando encima más y más según avanza el metraje, transmitiendo con su lenguaje no verbal la sensación de desesperación y una angustia similar a la que los espectadores podemos estar sufriendo. Ella es la gran estrella de un reparto que funciona muy bien en sus papeles, pero que queda un poco empequeñecido en comparación a lo que ella nos ofrece. Lógico que ya haya dado el salto al mundo de los blockbuster, donde sólo espero que sepan aprovechar bien a alguien de su talento.

En definitiva, 'It Follows' es la mejor película de terror de los últimos años y también lo mejor que se ha estrenado en España durante lo que llevamos de 2015, y es que todo funciona con brillantez, desde la cuidada puesta en escena hasta la magnífica actuación de su protagonista. Eso sí, lo mejor de todo es que realmente crea incomodidad y hasta logró asustarme en varios momentos, algo especialmente complicado, por lo que os recomendaría ir este mismo viernes al cine para pasar un estupendo mal rato con ella.

Mikel Zorrilla (blogdecine.com)